Desde temprano hubo controles y notificaciones para que no abran. Javier Dieminger, de La Falda, afirmó que pedirle a los trabajadores que cierren «es una locura».
Tras el anuncio del sábado, comenzaron a regir las restricciones por el coronavirus en Córdoba. Entre los afectados, los más golpeados son los gimnasios, que no pudieron abrir durante gran parte de la cuarentena dura y ahora deben volver a cerrar sus puertas.
En un local de Yofre Norte, la tristeza era grande. Muy temprano recibieron una notificación policial para no abrir y un móvil policial se detuvo para preguntar por qué había movimiento: lamentablemente, los dueños solo habían abierto media persiana para recibir al móvil de Arriba Córdoba.
«La Policía nos preguntó si estábamos abiertos y de quién era el gimnasio. Están controlando. Pero me duele mucho estar pidiendo para poder trabajar. Apoyamos al 100% todas las medidas de bioseguridad que está tomando el Gobierno. El problema de los contagios no es acá», marcaron.
«Arrancamos cuando abrimos con 200 casos diarios y hoy hay 2000, pero en los gimnasios hay cero. En la matemática no entiendo por qué se cerró. Entre sueldos, alquiler y servicios tenemos más de 130 mil pesos por mes«, detallaron.
En ese sentido, pidieron ayuda concreta del Gobierno y no planes de pago ni préstamos: «Es como una burla. No es una ayuda ni un subsidio, es un préstamo a pagar. Igual que lo de EPEC, es un plan de pago».
Bronca en Punilla
Javier Dieminger, intendente de La Falda, cuestionó el criterio que se aplicó para las restricciones. «Nos parece injusto. Recibimos el decreto nacional anoche a las 00.30 y vemos que Punilla está incluido, y cuando leemos los criterios para las restricciones Punilla está por debajo del porcentaje», dijo en Arriba Córdoba.
«El decreto nacional y provincial nombran a nuestro departamento. Hay 10 departamentos en Córdoba que tienen más de 1000 casos, y de esos 10 departamentos Punilla es el segundo que menos casos tiene. Hay cuatro departamentos que tienen más casos que nosotros y no están incluidos», planteó.
Sobre el golpe a la actividad comercial, afirmó: «No quiere decir que estemos en contra, pero el decreto plantea que quienes se tienen que hacer cargo de los controles son los intendentes, por eso queremos formar parte de la toma de decisiones. Están trabajando a media máquina, y decirles que cierren es una locura».